Recortes federales a SNAP podrían dejar a miles sin alimentos y aumentar el déficit en Kansas
- Planeta Venus

- 31 jul
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Topeka, Kansas | 31 de julio, 2025
Planeta Venus

Topeka, Kansas — Los recientes recortes al programa federal de asistencia alimentaria SNAP, incluidos en el paquete de gastos e impuestos del presidente Trump —conocido como el One Big Beautiful Bill— podrían tener consecuencias graves para Kansas: más hambre, mayor presión sobre los bancos de alimentos y un fuerte impacto en el presupuesto estatal.
La gobernadora Laura Kelly advirtió que los cambios elevarán los costos administrativos del programa en Kansas en más de 15 millones de dólares, y el impacto total para el estado superaría los 50 millones. Antes, los estados cubrían la mitad de los costos administrativos; ahora deberán asumir el 75%. Eso incluye contratar y capacitar personal, así como actualizar los sistemas tecnológicos necesarios para hacer funcionar SNAP.
A nivel nacional, el cambio también endurece los requisitos laborales para calificar al programa, lo que podría dejar a miles de personas sin acceso a alimentos. En Kansas, esto llega en un momento fiscal incierto: a pesar de ingresos por impuestos más altos de lo previsto, el estado enfrenta un déficit proyectado de 731 millones de dólares para el año fiscal 2029.
“Las familias que pierdan sus beneficios de SNAP probablemente recurrirán a la red de asistencia alimentaria caritativa, pero ya estamos sobrepasados,” señaló Stephen Davis, director ejecutivo de Harvesters, una de las principales organizaciones de bancos de alimentos en la región. Según Davis, por cada comida que provee Harvesters, SNAP entrega nueve. A la par, la administración Trump ha reducido el apoyo federal a los bancos de alimentos, incluso cancelando recientemente múltiples envíos de alimentos que estaban destinados a Harvesters.
La situación podría forzar a la legislatura estatal a tomar decisiones difíciles: cubrir con fondos propios los vacíos dejados por el recorte federal o dejar que los más vulnerables —incluidos niños, personas mayores y con discapacidad, quienes representan más de dos tercios de los beneficiarios— enfrenten la inseguridad alimentaria sin respaldo suficiente.
“Esto no es solo una cuestión presupuestaria,” concluyó la gobernadora Kelly. “Es una cuestión de responsabilidad moral con las familias de Kansas.”



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